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Como un altar...
Oh Jesús, mi amor, haz que mi
corazón se consuma en amarte; hazme humilde y santo, dame simplicidad
infantil, transfórmame en tu santo amor. Acepta mi alma como un altar,
en el cual te sacrificaré el oro de la caridad ardiente, el incienso
de la oración continua, humilde y ferviente, y la mirra de constantes
sacrificios.
San Pablo de la Cruz.
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