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Con ojos deslumbrados.
Miremos a Nuestra Señora,
Asunta ya en los Cielos. «Y así como el viajero, haciendo pantalla con su
mano para contemplar algún vasto panorama, busca en los alrededores alguna
figura humana que le permita darse una idea de aquellos parajes, así
nosotros, que miramos hacia Dios con ojos deslumbrados, identificamos y
damos la bienvenida a una figura puramente humana, que está al lado de su
trono. Un navío ha terminado su periplo, un destino se ha cumplido, una
perfección humana ha existido. Y al mirarla vemos a Dios más claro, más
grande, a través de esa obra maestra de sus relaciones con la humanidad»
Ronald Arbuthnott Knox
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