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Cosido…
Una Cruz. Un cuerpo cosido con clavos al
madero. El costado abierto... Con Jesús quedan sólo su Madre, unas mujeres y
un adolescente. Los apóstoles, ¿dónde están? ¿Y los que fueron curados de
sus enfermedades: los cojos, los ciegos, los leprosos?... ¿Y los que le
aclamaron?... ¡Nadie responde! Cristo, rodeado de silencio. También tú
puedes sentir algún día la soledad del Señor en la Cruz. Busca entonces el
apoyo del que ha muerto y resucitado. Procúrate cobijo en las llagas de sus
manos, de sus pies, de su costado. Y se renovará tu voluntad de recomenzar,
y reemprenderás el camino con mayor decisión y eficacia.
San
Josemaría Escriva de Balaguer
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