|
Criticismo. IV
Una virtud:
conocer cómo defenderte del
criticismo injusto
es usualmente una virtud y casi siempre un deber.
Aceptar la buena crítica es otra virtud cristiana
y signo de
sabiduría:
dejar que te digan, aceptar la crítica sana, con alegría y
agradecimiento
es señal de grandeza espiritual.
Alguien que
aprende a escuchar y a preguntar
irá lejos en poner en buen uso los
talentos recibidos de Dios.
Y no te preocupes acerca de la
crítica ajena,
acerca del “qué dirán”.
La preocupación
excesiva, cobarde,
de que puedan cortar tus alas, dañar tu estilo, no
te lleva a ningún lugar.
Lo mejor que puede hacer contra la envidia,
el chisme, y la crítica superficial es ignorarlos.
Siempre serás
criticado de una u otra manera, por una u otra razón.
Elegantemente,
sonríe y vete.
Y para que tu criticismo, el tuyo, sea justo,
constructivo, efectivo y santificador,
tienes que amar al otro,
tienes que crecer en amor:
si lo amas, tu criticismo siempre será
un acto de virtud
y una ayuda grande, valiosa, para tu hermano.
Padre Salvador
Canals Navarrete
|
|