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Cuando los pies de la vid se ligan y se
escalonan.
Los pies de la vid se
ligan, se escalonan,
se doblan los sarmientos
de arriba abajo,
se les ata a algo sólido para sostenerlos.
Por ahí se puede
comprender la dulce y santa vida y la pasión de Nuestro Señor.
El hombre debe ser
curvado,
lo que en él hay de más alto debe ser abajado,
y debe abismarse en una
verdadera y humilde sumisión,
desde lo profundo de su
alma.
Todas nuestras facultades, interiores y
exteriores,
tanto las de la sensibilidad y de la avidez como
nuestras facultades racionales,
deben ser ligadas, cada
una en su lugar,
en una verdadera sumisión a la voluntad de Dios.
Seguidamente se remueve
la tierra alrededor de los pies de la vid
y se escardan las malas
hierbas.
También el hombre debe escardarse,
y surgirán las flores de
perfume noble...
Entonces, el fruto llega a ser indeciblemente
dulce:
cuando los pies de la vid se ligan, se escalonan,
se doblan los sarmientos
y se les ata.
Juan Taulero (c. 1300-1361), Dominico
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