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Como cuando era niño.
Sé que estás siempre conmigo, Jesús,
y quiero que me guíes,
como cuando era pequeño
tomaban el manillar de mi bicicleta
para que no cayera.
Quiero que me lleves,
especialmente cuando
encuentro en la vida sitios más difíciles,
porque cuando me entra
el miedo al pasar por un sitio difícil, me caigo;
en cambio, si me
encuentro seguro, ya no tengo miedo y paso bien.
Y también quiero sentir tu presencia en las
laderas empinadas,
cuando todo se me pone cuesta arriba.
Tú me ofreces tu amor,
y me das los medios para
llegar
(esas vitaminas: la Confesión, la Comunión)
fuerza para subir…
Que realmente seas Tú
quien le dé a los pedales.
Padre Lluciá Pou
Sabaté
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