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Contigo... eres.
El Señor es contigo”
No dijo, el Ángel,
contigo está el Señor.
¡El! es contigo.
Donde estés, María, Dios
es.
Tampoco afirmó que desde aquel momento comenzaría
a ser en ella.
Absoluto el Arcángel, enfático, rotundo: ¡Es!
Lo es en el momento
mismo de su inmaculada concepción.
No estaba, ¡era!, en el
vientre santísimo de la Virgen doncella.
María,
más que Tú, sólo Dios.
En ti,
Dios
es.
Anónimo.
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